lunes, 3 de noviembre de 2008

El remedio para el pecado

Soy un gran pecador y Cristo es un gran salvador - John Newton

Cristo Jesus vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero- Pablo

Los hombres que mas han crecido en santidad se han distinguido por una progresión descendente en cuanto a como se veían a si mismos. Cada vez reconocen mas su pecado y al mismo tiempo, cada vez reconocían mas su necesidad del evangelio.

Nuestro remedio al pecado, el evangelio, la obra completa de Cristo. Nos salva del castigo del pecado, pero también de su dominio y poder reinante en nuestra vida.
El evangelio es para toda persona, tenemos una tendencia a pensar que el evangelio solo debe ser expuesto a los incrédulos. Mas aun somos practicantes del pecado, sigue presente y debemos enfrentarnos a el. Los incrédulos necesitan reconocer que son pecadores. Los creyentes necesitan reconocer que siguen pecando.
El evangelio nos prepara para enfrentar el pecado. No podemos enfrentar el pecado sin reconocer su presencia en nuestras vidas. Entonces estaremos libres para confrontar honesta y humildemente las manifestaciones en nuestras vidas.

Así como una buena historia provoca en nosotros motivarnos o entristecernos. El recordar que hemos sido perdonados inmerecidamente, recordar la seguridad de no ser mas culpables de nuestra maldad y el ver a Dios como un padre que nos ama, no nos juzga mas, al contrario nos ama como un padre bueno, provoca en nosotros un animo, una motivacion, un ardor en nuestros corazones, una gratitud y amor que nos lleva a querer agradar mas a Dios, a no seguir pecando, a enfrentarnos a nuestro pecado.

No hay un solo día que seamos tan buenos que no necesitemos el evangelio. Necesitamos vivir cada día mas conscientes del evangelio.
Necesitamos estar recordando el evangelio, recordar que seguimos pecando, seguimos necesitando a Jesús, seguimos teniendo perdón y sobre todo seguiremos teniendo a un Dios que nos ama.