La impiedad describe una actitud hacia Dios; un estilo de vida que no toma en cuenta a Dios, Dios es totalmente irrelevante en su vida. Puede que se trate de personas amigables, corteses y que hasta se ofrezcan para ayudar a los demás, pero jamas piensan en Dios. Quizá van a la iglesia varias horas el domingo, pero viven el resto de la semana como si Dios no existiera.
Muchos creyentes también tendemos a vivir sin pensar en Dios, en raras ocasiones pensamos en nuestra dependencia de El o en nuestra responsabilidad para con El. Pocas veces pensamos en la responsabilidad que tenemos ante Dios de vivir de acuerdo a su voluntad moral, nos conformamos con evitar los pecados groseros.
Pablo exhorta a los colosenses a que fueran llenos del conocimiento de Dios; deseaba que vivieran vidas dignas de Dios y que lo agradaran en todo y oraba con ese propósito. (colosenses 1:9-10). Aun en nuestras oraciones se puede filtrar la impiedad, haciendo peticiones centradas en nosotros, en lo humano no en Dios. Probablemente la gran mayorías son peticiones que presentamos para que intervenga en necesidades físicas y económicas; esto no es incorrecto, pues declara nuestra dependencia de El; pero tratamos a Dios como un sirviente divino, no como un Señor. Siguiendo el ejemplo de Pablo, nuestro primer enfoque debe ser buscar su voluntad para vivir vidas dignas de El, buscando agradarlo en todo. No esta mal traer a El nuestras necesidades, sin quitar como principal y mayor objetivo hacer su voluntad.
Que caracteriza a una persona piadosa? Un deseo de desarrollar una relación intima con el Padre celestial, David habla de su sed de Dios y su búsqueda desesperada (Salmo 42:1-2). Dios es el centro y punto focal de su vida. Conocerlo, relacionarse con El, agradarlo y servirlo son su búsqueda continua.
Aun cuando no podamos ser personas completamente piadosas, por nuestra constante tendencia al mal; pues la única persona completamente piadosa fue Jesús, si debemos constantemente crecer en esto. (1 timoteo 4:7). Nuestra meta debe ser vivir conscientes de que estamos ante la presencia de Dios cada segundo de nuestras vidas, que somos responsables ante El y que a El daremos cuentas.
GDC
Hace 13 años