Se hace una cooperación entre el pecado y el cancer. El pecado es una malignidad espiritual y moral, si se le deja sin control puede diseminarse por todo nuestro interior y contaminar todas las áreas de nuestra vida.
El cancer se puede extender en todo nuestro cuerpo, el pecado se puede extender y afectar a nuestros prójimos.
Se dice que el pecado habita en nuestro interior, en nuestro corazón; se hace externo a través de nuestros hechos, palabras y pensamientos. Aun cuando somos liberados del dominio absoluto del pecado, sigue morando en nosotros, dejandonos así en una guerra espiritual.
Nos gusta sentirnos bien, saludables, pensar que Dios siente exactamente los mismo hacia nosotros. No nos gusta la idea de estar mal, haciendo lo incorrecto, mucho menos pensar que estamos mal delante de Dios.
Es por esta razón, por la que nos bloqueamos mentalmente, pensando que nuestro pecado no es tan grave, nos comparamos con otros, resaltando sus pecados para minimizar los nuestros. Nos comparamos con la sociedad en la que vivimos, para así sentir que estamos bien, o al menos no tan mal. Queremos restarle maldad a nuestro pecado para aquietar nuestra consciencia, sin darnos cuenta que somo igual de pecadores que aquellos a quienes juzgamos como perversos que no temen a Dios.
Quitarle maldad a nuestro pecado solo traerá mas problemas, al igual que un cancer sin atender. Un pecado descontrolado e ignorado solo nos llevara a otro pecado mas grande, afectaremos a otros, sin reconocer nuestro problema jamas buscaremos la cura.
Aun peor, ignoramos y minimizamos la trasgresión que es el pecado contra Dios, se hace uso de la expresión, traición cósmica, haciendo énfasis, en traicionar a aquel que es el Dios todo poderoso, el santo, santo, santo; a aquel que solo ha mostrado su misericordia. Mostramos no tener temor ni reverencia al poder y majestad del Dios creador de todas las cosas, que ha dado un orden, orden que insistimos en quebrantar. Nos rebelamos e ignoramos al Espíritu Santo, regalo otorgado a aquellos que han confiado su salvación a Jesús. Como aquel que desprecia a un padre que ama y se preocupa por el, haciéndolo entristecer por su ofensa, así nos comportamos contra el Espíritu Santo, cuando pecamos. Como si despreciáremos, pisoteáramos y tuviéramos en poco la sangre vertida por Jesús para nuestra salvación, así nos comportamos cuando pecamos deliberadamente contra Dios. Y aun en nuestra tendencia a seguir pecando, buscamos aprovecharnos del perdón que tenemos en Jesús, como excusa para no verle ningún problema a continuar pecando.
Siempre podemos admirar la cruz, ver su propósito y correr a ella en busca de perdón. Debemos reconocer la maldad de nuestro pecado, el costo y ofensa que es, para con esto pelear en una guerra constante contra nuestro propio pecado y correr a la cruz al ver nuestra necesidad de ella. Entre mas reconozcas lo oscuro de la maldad, mas disfrutaras y admiraras lo brillante y hermoso del amor de Dios.
1 comentario:
Hello chicos!!!
´Pues saben comrpatiendoles que acabo de leer lo del blog y dios me ah dado un coscorron jajaja es impresionante ver como dios trabaja y trae a nosotros algo que quiere que nos demos cuenta en el momento mas exactto de nuestras vidas, y gracias a el me doy cuenta cuanto lo nesesito y cuan importante es ver la cruz, que no se me olvide lo que el hizo por mi,y que sin el no puedo hacer nada. bueno los dejo..Los quiere Edredon..=)
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